❄️ El mito de los 25 °C
Por qué tu obsesión por el frío está frenando tu cultivo de verano
Autor: Mateo A. · ⏱️ Tiempo de lectura: 4 min
Si cultivás hongos en verano, probablemente te enfrentaste a la “paradoja del termostato” 🥵❄️: estás sudando la gota gorda tratando de mantener tu incubadora clavada en 25 °C, aterrorizado porque leíste en algún foro que para fructificar necesitás bajar a 23 °C.
Y tu lógica te dice: “Si arranco colonizando a 28 °C porque hace calor… ¿cómo rayos voy a bajar la temperatura después sin meter el cultivo en un refrigerador industrial?”
Hoy venimos a derribar ese mito con ciencia y sentido común 🧠🔬.
Spoiler: a los hongos no les importa el número exacto del termómetro tanto como a vos.
🌱 La “zona de confort” vs. la realidad biológica
Empecemos por lo básico: el micelio es resistente. Si bien muchos manuales indican que el rango ideal de colonización está entre 27 y 28 °C, eso no significa que a 29 °C el micelio muera.
De hecho, en verano la recomendación técnica es incubar a temperatura ambiente, ya que el micelio tolera hasta 29 °C sin problemas.
🔥 El verdadero problema del calor no es que el hongo se queme, es que las bacterias hacen fiesta.
A mayor temperatura, mayor velocidad de reproducción de contaminantes. Por eso, en verano tu prioridad no debería ser enfriar obsesivamente, sino limpiar obsesivamente 🧼🦠.
🌡️ La analogía del cambio de estación (el famoso “Delta T”)
Este es el error típico del principiante: creer que necesitás una escalera perfecta.
- Colonizar a 25 °C
- Fructificar a 23/24 °C
Pero la naturaleza no funciona así. Funciona por contrastes (lo que en física llamamos Delta o diferencial).
Imaginá que estás en un sauna a 80 °C y salís a una habitación a 40 °C. ¿Sentís frío? Sí, aunque 40 °C sea calor.
Al hongo le pasa lo mismo 🍄. Si colonizás a temperatura ambiente en verano (por ejemplo, 28 °C), no necesitás bajar a 21 °C para inducir fructificación.
❄️ El shock térmico es tu as bajo la manga: 24 horas en heladera a 3–5 °C simulan no solo un otoño, sino una verdadera “nevada” biológica.
Al sacar el cultivo y llevarlo a fructificación, incluso si solo lográs estabilizar en 24 °C (algo totalmente posible en verano, sobre todo de noche 🌙), el micelio ya recibió el mensaje: “reproducite o morí”.
🔥 El enemigo invisible: la termogénesis
Hay una razón científica por la cual obsesionarse con subir la temperatura en verano es peligroso: la termogénesis.
El micelio genera su propio calor mientras metaboliza el grano. Si el ambiente está a 28 °C y encima forzás la incubadora, el centro del frasco puede llegar a 31 °C o más.
⚠️ Ahí sí cocinás el micelio y abrís la puerta a bacterias.
🧠 La estrategia inteligente para el verano
En lugar de luchar contra el clima, adaptate a él, como lo hacen los hongos en la naturaleza.
- 🌡️ Colonización a temperatura ambiente: si tu casa está a 28 °C, usa esa temp. en la incubadora (que se mantenga ahí).
- 🧼 Extremá la higiene: el calor acelera todo. Alcohol al 70% y lavandina son tus aliados.
- ❄️ Confiá en el shock térmico: la heladera es el verdadero gatillo, no la bajada gradual.
- 🌙 Fructificación nocturna: aprovechá las noches para bajar a la zona de 20-24 °C.

✅ Conclusión
Dejemos de tratar a los hongos como si fueran de cristal. Son arquitectos de la evolución 🌍🍄.
Entender los principios detrás de la temperatura —y no solo memorizar números— es lo que te convierte de un seguidor de recetas en un verdadero cultivador.
¡Felices cultivos y que la colonización los acompañe! 🚀
